¡Hola! Mi nombre es Nacho Romero y soy el Head Coach y fundador de Proyecto Columna. En 2015 yo también me lesioné la espalda, así que sé muy bien por lo qué estás pasando. A base de trabajo y esfuerzo me pude recuperar y hace muchos años que dedico mi vida a ayudar a mujeres y hombres de todo el mundo a hacer lo mismo que hice yo: a dejar atrás el dolor usando cómo herramienta principal el ejercicio y el movimiento.

Preparé esta página para ayudarte a entender mejor qué es lo que te está pasando y los motivos por los cuáles las cosas que hiciste hasta ahora no te han servido para mejorar. Te recomiendo que te tomes el tiempo para leerla, porque te garantizo que cuando termines, tu forma de ver tu cuadro de dolor va a cambiar de forma drástica y tus chances de empezar un proceso de recuperación efectivo van a mejorar.


¡Abrazote!

Capítulo I

ENTENDIENDO TU

CUADRO DE DOLOR

Empecemos con un poco de datos y escuchando lo que dice la ciencia, ¿te parece? Quiero que empecemos por acá porque seguramente no sabías que entre el 90% y el 95% de los cuadros de dolor crónico que suceden a nivel de la columna entran dentro de la categoría de lo que se denominan cómo cuadros "no específicos". Esto significa que de cada 100 casos reportados, son solo 5 o 10 en los que el dolor puede atribuirse a una lesión o patología específica. Te lo comparto en un gráfico para que lo puedas ver mejor:

Lo que estáen rojo son los casos en los que el dolor puede atribuirse a alguna patología o lesión específica. Las causas más típicas de estos cuadros de dolor específicos son:

  • Hernias de disco
  • Estenosis espinal
  • Espondilolistesis
  • Espondilólisis
  • Espondiloartritis anquilosante
  • Otros tipos de artritis
  • Osteomielitis vertebral
  • Abscesos epidurales
  • Tumores primarios de columna

Lo que está en negro representa el 90% del total y son los casos en los que el dolor no puede atribuirse a ninguna lesión o patología específica. Ya sé lo que te estás preguntando: si no hay ninguna lesión o patología específica, ¿por qué duele? En 2019 Jacek Cholewiki y otros autores publicaron un paper (PMID: 31092123) en el que compartieron un metamodelo para ilustrar todos los factores que pueden contribuir a un cuadro crónico de dolor lumbar:

Cómo podrás observar, son muchísimos los factores que pueden contribuir a agudizar un cuadro crónico de dolor, y no todos ellos tienen que ver necesariamente con lesiones o patologías específicas que requieren de tratamiento médico.


Dentro de ese 90/95%, los factores que pueden explicar el dolor se pueden dividir en cuatro categorías:

1) FACTORES MECANICOS Y 

MUSCULOESQUELETICOS

  • Sobrecarga de músculos y ligamentos
  • Activación de puntos de gatillo miofasciales / musculares
  • Disfunción de la fascia toracolumbar
  • Irritación de articulaciones facetarias
  • Lesiones en discos intervertebrales (no hernias)

2) FACTORES NEUROLOGICOS

  • Sensibilización periférica
  • Sensibilización central

3) FACTORES POSTURALES

  • Sedentarismo extremo
  • Mala "higiene" postural
  • Déficits a nivel muscular que derivan en desequilibrios y desbalances posturales

4) FACTORES PSICOSOCIALES

  • Estrés, ansiedad o depresión (aumentan la percepción del dolor)
  • Sistema de creencias erróneas ("mi columna está lastimada")
  • Miedo al movimiento (kinesiofobia)

¿Por qué es tan importante que sepas y entiendas esto? Porque según todo lo que ya ha sido probado por la ciencia, la probabilidad de que el dolor que sientas esté siendo producido por algo que podría ameritar algún tipo de tratamiento médico es muy baja (entre 5% y 10%). El hecho de que en tus estudios hayan salido cosas como hernias o cualquiera de los factores específicos que te listé arriba, no necesariamente significa que eso sea lo que te está provocando el dolor. De hecho, ¡lo más probable es que no lo sean!


Veamos qué pasa específicamente con las hernias de disco. Para repasar esto vamos a usar los datos publicados en este estudio de 2025 (PMID: 39862368).

Una de las primeras cosas que hace este estudio es confirmar que entre el 90% y el 95% de los casos de dolor crónico a nivel lumbar son "no específicos", pero además revela que de los casos que sí son específicos, solamente el 10% pueden atribuirse a hernias discales. Esto significa que del TOTAL de cuadros de dolor crónico lumbar que existen en el mundo, cómo máximo el 1% de ellos pueden atribuirse a un dolor causado específicamente por una hernia discal.

¿Sorprendido? Bueno, lo que te acabo de contar no es una opinión; es lo que dice la ciencia (de hecho, te compartí arriba los links a los papers para que si querés los puedas leer vos mismo). Teniendo en cuenta todo esto, y teniendo a disposición datos que demuestran lo marginales que son las consecuencias de las hernias discales, lo que resulta muy curioso es que la mayoría de las personas que sufren de cuadros de dolor a nivel lumbar estén convencidos de que la causa de su dolor es efectivamente una hernia o algún tipo de discopatía. Vale la pena preguntarse los motivos por los cuáles esto sucede, ¿no te parece?


La respuesta es muy simple, y para empezar a responderla vamos a recurrir otra vez a la ciencia, porque según una revisión realizada por Waleed Brinjikji (y otros) en 2015, el 80% de los seres humanos asintomáticos (o sea, que no sienten dolor) de más de 50 años tienen algún tipo de degeneración o patología discal. El 60% tienen algún tipo de abombamiento discal y el 31% tienen hernias con fisura anula. Acordate: estos datos correspondan a personas que no tienen dolor ni ningún tipo de sintomatología.

Lo que la ciencia confirma es que el desgaste de los discos y de la columna en general es algo perfectamente normal y que, en mayor o menor medida, se encuentra presente en la gran mayoría de los seres humanos del mundo. Algunos experimentamos este desgaste de manera más rápida y acelerada y otros de manera más lenta, pero todos lo experimentamos.


Cuando una persona que está presentando un cuadro de dolor crónico a nivel de la espalda baja se presenta a una consulta con un médico y le cuenta de su problema, lo primero que normalmente se hace es prescribir estudios de imagen (generalmente resonancias magnéticas y espinogramas). Ahora que ya conocés los datos, ya sabés que cuando un médico prescribe una resonancia magnética, las chances de que el estudio del paciente revele algún tipo de problema a nivel discal es muy grande (a mayor edad, mayor la probabilidad), pero también ya aprendiste que la probabilidad de que eso que se ve en la resonancia sea la causa de su cuadro de dolor es ínfima.

¿Qué tenés que llevarte de todo esto? Que salvo que existan banderas rojas muy específicas en relación a los síntomas y al cuadro clínico, lo más probable es que - a pesar de lo que te haya dicho tu médico - lo que tengas que hacer para resolver tu problema y salir de tu cuadro crónico de dolor no tenga nada que ver con una hernia o con cualquier cosa que pueda haber salido en los resultados de tu resonancia magnética o de tu espinograma.

Capítulo II

EL CICLO DE VIDA

TIPICO DE UNA

"LESION" DE COLUMNA

Lamentablemente, el ciclo de vida típico de un cuadro de dolor a nivel lumbar es muy predecible, y te lo voy a presentar a continuación (estoy seguro que en mayor o menor medida te vas a sentir identificado/a con lo que vas a leer):

1

Aparece el dolor. A veces de forma repentina cómo consecuencia de algún tipo de esfuerzo, y otras de forma más gradual y sin ninguna causa identificable.

2

Al ver que el dolor persiste en el tiempo y en la medida en que se vuelve inhabilitante para una vida normal se realiza una consulta con un médico (o varios), en general traumatólogos especialistas en columna.

3

Salvo raras excepciones, ante un cuadro de dolor lumbar, el médico lo que prescribe son órdenes para que el paciente se haga estudios de imagen. En general, independientemente de la evaluación clínica y de la sintomatología, lo que se pide es una resonancia magnética de la región de la columna afectada y un espinograma.

4

Ya vimos con datos estadísticos reales que la probabilidad de que la resonancia magnética del paciente arroje algún tipo de problema a nivel discal es muy grande, así que cuando el paciente vuelva a ver a su médico con los resultados, es altamente probable que su médico asocie los resultados de los estudios con el cuadro de dolor.

5

Y acá es dónde empiezan los problemas, porque, cómo consecuencia de esa asociación que se hace entre el cuadro de dolor y los resultados de los estudios, es que (en la mayoría de los casos) a los pacientes se los convence de que lo que necesitan son "soluciones" de índole médico (medicación, bloqueos, y a veces incluso cirugías). Esto es un problemón, porque ninguna de estas opciones le puede ofrecer al paciente una solución real a sus problemas, pues lo único que estas opciones tienen para ofrecer - en el mejor de los casos - es tapar los síntomas y disminuir temporalmente el nivel de dolor.

6

Los problemas no terminan ahí, porque también en la gran mayoría de los casos, los resultados de los estudios de imagen se usan como justificación para prohibir actividades físicas cómo el entrenamiento de la fuerza y los deportes que incluyen "impacto" (running, fútbol, tenis, pádel, básquet, boxeo, artes marciales, etc.).

7

El ciclo destructivo de la consulta médica se cierra cuando el paciente recibe la recomendación de pasar el resto de su vida realizando terapias "conservadoras" o de "bajo impacto", cómo yoga, stretching, natación, pilates, RPG, masajes, osteopatía, acupuntura, y un sinfín de cosas que en general no son malas (de hecho, muchas de estas cosas pueden sumar), pero que por si mismas no alcanzan para resolver un cuadro crónico de forma definitiva (más adelante te voy a explicar por qué).

8

Lo que termina pasando es muy predecible: el problema no se resuelve de forma definitiva y ante el bombardeo de malas noticias, las restricciones de movimiento, y una sobredosis de medicación, la calidad de vida se ve afectada al punto en que muchas personas terminan ingresando en un cuadro depresivo que incluso agrava el cuadro original de dolor.

Si estás leyendo esto y estás actualmente atravesando un cuadro de dolor crónico estoy seguro que en mayor o menor medida te sentiste identificado/a con este ciclo que te acabo de presentar. 


¿Sabés por qué me tomé el trabajo de escribir el Capítulo I y presentarte toda la información y los datos que te presenté? Para que te convenzas, a base de datos reales y derivados de estudios hechos con rigor científico, de que para la gran mayoría de las personas (el 95%) este camino es el equivocado y no es lo que necesitan para mejorar y recuperar su calidad de vida. Su cuerpo no es lo que está roto; lo que está roto es su estilo de vida y para dejar atrás el dolor lo que van a tener que solucionar es eso, y no lo que se ve en la resonancia magnética de su columna.

Capítulo III

EL SECRETO PARA

ENCONTRAR UNA SOLUCION

DEFINITIVA AL DOLOR

El ciclo que te describí arriba es un ciclo enquistado en el sistema de salud moderno que todos los años se encarga de destruir las vidas de cientos de millones de personas en todo el mundo. Esto no es una exageración si tenemos en cuenta que el dolor crónico a nivel lumbar es la causa #1 de discapacidad en todo el mundo y que, según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), por año se estima que son aproximadamente 600 millones la cantidad de personas que sufren cómo consecuencia de este tipo de cuadros.

Por el grado de seriedad que reviste el tema y por la cantidad de personas a las que afecta, uno creería que este es un problema al que todavía no se le ha encontrado una solución, pero asumir esto es falso, porque la solución sí existe (y es 100% definitiva). El problema es que mucha gente no la conoce (porque no se la han compartido o porque las convencieron de someterse a tratamientos médicos caros que en realidad no necesitaban), y de las que sí la conocen, la enorme mayoría no son capaces de ejercer en su vida diaria el nivel de constancia y disciplina necesario para que esa solución tenga un impacto real en sus vidas y en solucionar su cuadro de dolor.


Para romper el ciclo típico de este tipo de cuadros y esquivar un destino horrible que va a arruinar tu salud y tu vida, lo primero que tenés que hacer es entender que, a menos que en tu evaluación clínica tu médico haya detectado banderas rojas o señales de alerta que pudiesen ser síntoma de un tema serio, la verdadera resonancia magnética que tenés que hacerte y analizar no es la de tu columna, sino la de tu estilo de vida.


Pero, ¿cuáles son exactamente las cosas que tenés que analizar? Repasémoslas una por una:

1) Tu sueño y tu calidad de descanso tienen un impacto enorme en la forma en que tu sistema nervioso identifica e interpreta las señales de peligro. Los malos hábitos de descanso pueden derivar en que tu sistema nervioso central se sensibilice al dolor y que se reduzca la eficacia de los mecanismos naturales que lo inhiben (estímulos normales empiezan a percibirse cómo dolorosos). Dormir mal también incrementa la producción de citoquinas proinflamatorias (IL-6 TNF-α) lo cual puede derivar en inflamación sistémica y por lo tanto impactar en la inflamación local de los tejidos en la región lumbar. En casos serios en los que ya empieza a haber insomnio la elevación del cortisol (la hormona del estrés) puede favorecer la formación de contracturas, la activación de puntos de gatillo miofasciales y retrasar los procesos de recuperación tisular.

2) Tu alimentación y la forma en que comés también es algo que tiene un impacto altísimo en tu cuadro de dolor. Primero, porque tenés que tratar de que los alimentos que comés no favorezcan procesos inflamatorios sistémicos que puedan derivar en inflamación local en los tejidos de la región lumbar y que contribuyan a la forma en que tu sistema nervioso central percibe el daño estructural de la zona. Segundo, porque tu alimentación afecta tu peso y tu composición corporal. El sobrepeso es un gran problema para este tipo de cuadros por dos motivos: primero, porque aumenta la carga mecánica sobre la columna y acelera el ritmo al que los discos intervertebrales se desgastan como consecuencia de la absorción de fuerzas, y segundo, porque la acumulación de tejido adiposo (grasa) funciona como un órgano endocrino que libera adipocinas y citoquinas proinflamatorias (IL-6, TNF-α, leptina).

3) La forma en que manejás tus emociones y el estrés es algo enormemente subestimado en la lista de factores que contribuyen a los cuadros crónicos de dolor. No tengas ningún tipo de dudas: los temas emocionales juegan un rol muy importante, y si no hacés cosas para activamente aprender a manejar el estrés y tus emociones, te va a resultar muy difícil resolver el tema crónico de forma definitiva. El estrés pone a tu sistema nervioso central en un estado constante de alerta, y eso es un problema, porque no solo te va a volver más sensible al dolor, sino que además va a tensar tus músculos y los va a volver rígidos en el intento de restringir la capacidad que tu cuerpo tiene de moverse de manera libre. Tu forma de ver la vida y tu situación actual, tu perspectiva del futuro, el manejo de los miedos, la interacción social, la forma en que te hablás a vos mismo/a, tu tolerancia para fracasar, tu capacidad para retrasar la gratificación de tus esfuerzos, la forma en que lidias con la adversidad, son todos ejemplos de cuestiones relacionadas con lo emocional y lo mental que pueden marcar una diferencia ENORME en cómo tu cerebro potencia o inhibe el dolor.

4) En tu búsqueda de una solución efectiva y definitiva a tu cuadro crónico de dolor, lo más importante que vas a tener que hacer es cambiar tus hábitos de ejercicio y movimiento. Más allá de que todo lo que te mencioné arriba es importante, nada de eso te va a ayudar si no empezás a ser constante con un programa de entrenamiento diseñado de forma específica para resolver la condición que tenés. En este último punto, cómo es el más importante, me voy a detener para explayarme con un poco más de detalle que en los tres anteriores.


Mientras escribo esto, yo ya sé que muchas de las personas que lo van a leer van a pensar: "pero yo entreno y hago ejercicio y me duele igual". Si estás pensando eso, mi respuesta es muy cortita y simple: no estás entrenando bien, así que de forma urgente deberías empezar a analizar un cambio antes de que lo que sea que estés haciendo te lastime más o agrave tu cuadro de dolor.


Entrenar y hacer ejercicio es importante por dos motivos, los cuáles voy a intentar resumir a continuación.

1) ADAPTACIONES ANATOMICAS

& FUNCIONALES

Para mejorar la forma en que tu cuerpo se mueve, tu cuerpo tiene que cambiar. Si pensamos en nuestros cuerpos cómo una acumulación de tejidos y estructuras, podemos pensar que la forma en que esos tejidos y esas estructuras se combinan derivan en una configuración corporal específica que representa la versión física del ser humano que somos hoy. Esa configuración corporal se define por dos cosas. La primera: las características físicas y anatómicas de nuestras estructuras (el tamaño de nuestros músculos, la elasticidad de nuestros ligamentos y tendones, las características de nuestros huesos y articulaciones, las reservas de tejido adiposo, y todo lo que tenga que ver con nuestra estructura desde una perspectiva anatómica y estructural). La segunda, y seguramente más importante: las cosas que esas estructuras pueden hacer (su capacidad funcional de expresar patrones de movimiento, producir fuerza, estabilizar estructuras específicas, lograr rangos de movimiento, resistir contracciones, etc.).


Dentro de este universo de configuraciones posibles, tenés que saber que existe una configuración de vos mismo que te va a permitir vivir una vida siendo capaz de expresar cualquier patrón de movimiento sin sentir ningún tipo de dolor. El principal objetivo de tu programa de entrenamiento debe ser el de ayudarte a encontrar y alcanzar esa configuración.

2) RECOLECCION DE EVIDENCIA

Esto es algo de lo que no se habla mucho, pero tu programa de entrenamiento debe servir como la herramienta principal para que tu sistema nervioso central "recolecte" evidencia real y concreta que lo ayude a entender que tu cuerpo no está roto y que el movimiento no es algo que queremos evitar. Cada vez que vos te ejercitás de forma controlada adentro de un gimnasio y forzás a tu cuerpo a mover tus articulaciones y a generar activaciones musculares, no solamente estás buscando generar adaptaciones físicas o funcionales, sino que también estás buscando generar adaptaciones neuronales que sirvan para reducir el nivel de sensibilidad que tu sistema nervioso central tiene al movimiento del cuerpo en general y de la columna en particular.


Esto que te acabo de explicar es la razón por la cual entrenar bien y con un programa acorde a tu condición o patología es tan importante; porque si cada vez que te ejercitás terminás con dolor o con molestias, lo que vas a terminar logrando con tu entrenamiento en términos neuronales es exactamente lo opuesto a lo que deberías lograr. Lo último que tu programa de ejercicio debe hacer es confirmarle a tu cerebro que el movimiento debe ser una experiencia dolorosa.

Capítulo IV

EL MODELO DE BALANZA

DE PROYECTO COLUMNA

Después de tantos años trabajando con personas lesionadas, de lo que estoy convencido es de que lo peor que uno puede hacer para salir de un cuadro crónico de dolor es tratar de "microgestionar" el proceso de recuperación, es decir, actuar y tomar decisiones en base a análisis o evaluaciones cuyo objetivo es tratar de encontrar las causas específicas del dolor. Este es el caso típico de la persona dolorida que va a una consulta con un osteópata, por ejemplo. En las evaluaciones iniciales el osteópata detecta que el psoas está rígido y acortado (lo cuál es obvio que va a ser así), y por consecuencia todo lo que recomienda a su paciente para solucionar el problema es tratar el acortamiento y la rigidez del psoas.


¿Te acordás el metamodelo que te compartí arriba (en el capítulo I) con los círculos que muestran todos los factores que pueden contribuir a un cuadro crónico de dolor? Ese modelo es la razón por la cual microgestionar un cuadro de dolor es imposible: las cosas que pueden estar contribuyendo a tu cuadro de dolor son demasiadas, se interrelacionan dentro del marco de un sistema hiper complejo, y no todas son fáciles de diagnosticar o detectar. El otro problema de hacer las cosas cómo en el ejemplo que te compartí recién (que es cómo hace las cosas la mayoría) es que no hay ninguna forma de saber si la rigidez del psoas (o lo que sea que se haya diagnosticado cómo factor crítico) es la causa del cuadro, o una consecuencia.


Algo es seguro: no podés tratar tu lesión o tu cuadro de dolor cómo si fueras un francotirador, tratando de identificar y dispararle a objetivos pequeños y específicos. Primero, porque no tenés forma de saber si el objetivo al que le estás disparando es el verdadero responsable de tu dolor; segundo, porque pegarle a un objetivo pequeño nunca es fácil o sencillo.


En vez de microgestionar, en Proyecto Columna todo lo que hacemos para tratar un cuadro de dolor crónico a nivel de la cintura o la columna se basa en lo que nosotros llamamos el "Modelo de Balanza".

En este modelo lo que te proponemos es que pienses en la salud de tu columna como una balanza de dos platos, tal cual se ve en la imagen de arriba. En el plato de la izquierda lo que se acumulan son todas las cosas que afectan negativamente a la salud de tu columna y su capacidad para moverse (hernias, lesiones de desgaste, cambios en la curvatura, sensibilización del sistema nervioso, estrés, inflamación, sobrepeso, etc.). En el plato de la derecha, en cambio, lo que se acumulan son las cosas que afectan su salud de forma positiva (músculos, capacidades funcionales, niveles de producción de fuerza máxima, grado de movilidad de las articulaciones, etc.).


De acuerdo a nuestro modelo, los problemas crónicos de dolor ocurren cuando el lado izquierdo de la balanza (el malo) está más pesado que el lado derecho (el bueno):

Cuando una balanza se ve así es cuándo empiezan los problemas, porque lo que esta foto está mostrando es que las cosas que afectan positivamente al movimiento de la columna no están siendo suficientes para contrarrestar los efectos negativos de las cosas que la afectan de forma negativa. Ese desbalance se traduce en DOLOR.


El error más común que la mayoría de las personas (y profesionales de la salud) cometen es que en su intento de devolver la balanza a una situación de equilibrio, lo que tratan de hacer es quitar peso del lado izquierdo (el malo). Esta es una pésima estrategia por un motivo muy simple: quitar peso del lado izquierdo de la balanza es muy difícil y lo más probable es que la cantidad de peso que vas a poder sacar de ese lado no alcance para devolver a la balanza a una situación de equilibrio.


Para devolverle el equilibrio a esta balanza lo mejor que podés hacer es olvidarte del lado izquierdo y enfocar todos tus esfuerzos en el lado derecho. El objetivo de todo lo que hacés debería apuntar a cargar la mayor cantidad de peso posible en ese lado derecho hasta que logres llegar al punto en el que el peso de los factores positivos alcance para contrarrestar los efectos adversos de los factores negativos.


Estos son algunos ejemplos de cosas que vas a tener que hacer para sumar peso al lado derecho de tu balanza:


1) Ganar masa muscular.

2) Perder masa adiposa (grasa).

3) Desarrollar fuerza y resistencia muscular.

4) Desarrollar movilidad y flexibilidad.

5) Mejorar las capacidades funcionales de tu cuerpo.

6) Desensibilizar tu sistema nervioso central.

7) Mejorar la forma en la que administrás el estrés y tus emociones.

8) Mejorar tu dieta y tus hábitos alimenticios.

9) Mejorar la calidad de tu descanso y dormir mejor.

10) Desarrollar vínculos sociales sanos y prósperos.


Nuestro Modelo de Balanza lo que te enseña es que para salir de un cuadro crónico de dolor no tenés que enfocarte en deshacerte de las cosas malas que tenés, sino en trabajar para conseguir todas las cosas buenas que todavía no tenés. En la medida en que todas esas cosas que empezás a conseguir se vayan acumulando en el lado derecho de tu balanza, tu dolor de a poco va a desaparecer.

Capítulo V

PROYECTO COLUMNA

Si leíste y prestaste atención a todo lo que te presenté arriba, ya deberías tener un panorama muchísimo más claro respecto de los motivos por los cuáles estás sumergido/a en un cuadro crónico de dolor y la estrategia que vas a tener que usar para recuperar tu felicidad y tu calidad de vida. En la teoría todo suena muy lindo, pero aplicar todos estos conceptos en la vida real para que tengan un impacto positivo sobre tu calidad de vida es mucho más complejo de lo que parece, pero no te preocupes, porque acá es dónde entramos nosotros.


En Proyecto Columna llevamos años ayudando de forma exitosa a mujeres y hombres de todo el mundo y de todas las edades a recuperarse de sus lesiones de columna y a salir de sus cuadros crónicos de dolor usando cómo herramienta fundamental el ejercicio y el movimiento.

Lo que desarrollamos son cuatro programas con características particulares que se adaptan a las necesidades, a los cuadros y a las patologías específicas de cada uno de nuestros alumnos:

Sin importar si sos hombre o mujer, tu edad, si tenés experiencia entrenando o no, o en qué parte del mundo vivís, en Proyecto Columna tenemos una opción para ayudarte a salir de tu cuadro de dolor y recuperar tu calidad de vida a través del ejercicio y el movimiento.


Así que sí sentís que estás listo/a para transformar tu vida y comprometerte seriamente con el único proceso de recuperación que te puede salvar, usá el siguiente botón para acceder a mi agenda y reservar una consulta online conmigo para que nos conozcamos y para que juntos firmemos la declaración de guerra contra tu lesión:

(*) La consulta online conmigo tiene un costo que se tomará a crédito del primer pago de cualquier programa que decidas empezar.

¿TENES DUDAS?

La prueba más concreta de nuestro éxito no solo son los casos de miles de personas de todo el mundo que ya se han recuperado a través de nuestros programas, sino el hecho de que tenemos un espacio físico y real con la agenda completamente llena de alumnos/as que todos los días nos vienen a ver y depositan su confianza en nosotros para moverse y entrenar.

Somos mucho más que una cuenta de Instagram o un canal de Youtube divulgando contenido vacío. Lo que hacemos es real y si no tuviese un impacto positivo en las personas con las que trabajamos jamás hubiésemos podido sostener en el tiempo el enorme éxito que tenemos. Confiar en nosotros es una decisión de la que no te vas a arrepentir.


¡Te espero para empezar!

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